Bueno aprovechando la semana mayor pues les traigo una historia algo interesante que ya tiene tiempo por ahi, hay muchos blogs que hablan sobre ella pero he tomado este que a mi parecer es la que esta mas larga y mas explicita.
Desde 1970 ha estado circulando una historia, en círculos cristianos, de que científicos de la NASA habrían descubierto que faltaba un día en la historia, y que ella confirmaría el relato bíblico que aparece en los libros de Josué y 2a de Reyes. ¿Es esta historia verdadera? ¿Qué enseñanza nos puede dejar?
La historia, usualmente llamada "El programa espacial prueba la Biblia", o algo similar, comienza cuando Harold Hill, presidente de Curtis Engineering, anuncia que científicos espaciales en Greenbelt, Maryland, descubren que la única manera para que sus computadores describan correctamente el movimiento del Sol y los planetas es agregando un día en la historia, un día perdido que habría estado ya documentado en la Biblia.
La historia se basa en Josué 10:12-14 "Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó a los amorreos delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de Israel: Sol, detente en Gabaón, y tú luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la nación se vengó de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el libro de Jaser? Y el sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse como por un día entero. Y ni antes ni después hubo día como aquel, cuando el SEÑOR prestó atención a la voz de un hombre; porque el SEÑOR peleó por Israel."
Como el relato anterior habla de casi un día entero, quienes defienden la historia sugieren (sin justificación) que se trata de 23 horas y 20 minutos, y que los 40 minutos que faltan para completar un día completo se describen en 2a Reyes 20:8-11:
"Y Ezequías dijo a Isaías: ¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará, y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día? Respondió Isaías: Esta será la señal del SEÑOR para ti, de que el SEÑOR hará lo que ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió: Es fácil que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. El profeta Isaías clamó al SEÑOR, y El hizo volver atrás la sombra diez grados en las gradas por la que había declinado, en las gradas de Acaz."
En lo anterior "grados" es una traducción probablemente incierta, quizás lo más acertado sería hablar de ''pasos" cuya exacta traducción al sistema métrico actual se habría perdido a través de los tiempos. Pero si aceptamos la primera traducción, resulta ser que 10 grados (de un total de 360) corresponden a una fracción 1/36 de un día de 24 horas, es decir, justo 40 minutos, completando así el ''día perdido de la Biblia"
La historia concluye con una jubilosa declaración del triunfo de la palabra de Dios que enrosca en la cara de los científicos su veracidad a toda prueba.
Sin embargo, la escritura nos invita en 2a Tesalonicenses 5:21 "Antes bien, examinandolo todo cuidadosamente, retened lo bueno." Sin embargo pocas veces tenemos el tiempo para "examinarlo todo'', y tampoco queremos parecer demasiado críticos y escépticos, menos ante los ojos de nuestros hermanos en la fe.
Lo cierto es que es imposible saber científicamente si ha habido "un día perdido" en la historia de la humanidad, aún usando los computadores más modernos. Nótese que la idea no es que el tiempo se haya detenido, de hecho la Biblia muestra que no se detuvo, pues los acontecimientos continuaron desarrollándose. Es la Tierra la que parece haber detenido su rotación para hacer parecer al Sol y a la Luna quietos en el firmamento. Por lo tanto necesitaríamos un reloj astronómico y otro "terrestre'' para poner en evidencia tal acontecimiento, que se manifestaría como un retraso del reloj astronómico en comparación al reloj terrestre. Lamentablemente no disponemos de ninguno de los dos relojes. Antiguamente los eventos nunca se registraban con precisión de minutos ni siquiera de horas y la posibilidad de usar tiempos de eclipses solares como relojes astronómicos (estos sucesos son predecibles hacia el pasado y el futuro) falla debido a que el último eclipse solar documentado data del año 1217 AC, mucho después del periodo 1400-1250 AC donde la mayoría de los estudiosos ubican la historia de Josué.
Hay otra razón para pensar que la historia es una fantasía. En su libro "Harmony between science and scripture", publicado en 1936, Harry Rimmer registra una historia similar que habría aparecido en un libro del Prof. C.A. Totten de Yale, escrito en l890. El Pof. Totten escribió de un profesor becado, un astrónomo consumado, quien hizo el extraño descubrimiento de que la tierra estaba 24 horas fuera de tiempo. Totten entonces emplazó al académico a confirmar la veracidad de la Biblia basándose en el supuesto descubrimiento. Los otros detalles de la historia son increíblemente similares a la historia de Harold Hill y se pueden leer en la Referencia #2. Aparentemente, Hill tomó como base esta historia y la adornó con motivos modernos como ser la participación de hombres de la NASA.
¿Podemos sacar alguna enseñanza de lo anterior? Aparentemente sí. Según la Referencia #2, a todos los cristianos nos gusta ver a los inconversos volverse a Cristo. Sin embargo, para ello no podemos torcer la verdad. No podemos usar el principio "El fin (la vida eterna y salvación del incrédulo) justifica los medios (adornar o falsear la verdad)". Existen excelentes y abundantes evidencias de la verdad de Cristo a las cuales podemos recurrir. No necesitamos inventar historias para justificar o hacer más eficiente el mensaje de Cristo.
Ahora, volviendo al pasaje de Josué, ¿Cómo es posible que la Tierra se haya detenido en su rotación sin provocar un cataclismo de proporciones? La 1a ley de Newton (llamada así en honor a su descubridor, Sir Isaac Newton, aunque fue El Señor quien la estableció) nos dice que todo cuerpo tiende a seguir en su estado de movimiento, a no ser que actúen fuerzas externas sobre él. Esto significa que si por algún mecanismo frenásemos la rotación terrestre, los océanos y todo lo que se encuentra sobre la tierra saldrían disparados por el espacio provocando un cataclismo global. Aunque no pretendemos explicar los milagros, ni racionalizarlos, ni tampoco acortar el brazo de Dios, existe una interpretación adicional a la explicación literal que vale la pena considerar.
Quizás la clave la podemos encontrar en el episodio del profeta Eliseo y su criado descrito en 2a Reyes 6:15-18. El rey de Aram había enviado un ejército a prender a Eliseo, quien entregaba información de guerra al rey de Israel, enemigo de Aram. "Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Y él respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos. Eliseo entonces oró, y dijo: Oh SEÑOR, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el SEÑOR abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo."
Los ejércitos de Dios acampaban alrededor del profeta, pero no eran visibles al ojo humano. Era necesaria la visión espiritual para observarlos, y esta visión pidió Eliseo para su criado.
¿Es posible que el Sol y la luna detenidos en el cielo, descritos en Josué, haya sido una visión dada por Dios a los Israelitas con un propósito particular? ¿Quizás era importante para ellos el disponer de abundante tiempo para desarrollar su estrategia de batalla y vencer a sus enemigos? ¿Quizás Dios les haya dado esta visión con el fin de que ellos tuvieran confianza en que iban a alcanzar la victoria? La verdad es que no podemos saberlo, pero lo que sí es cierto es que existe esta interpretación que no conlleva a un cataclismo mundial.
La idea de una interpretación espiritual del día largo de Josué se la escuché por primera vez al Dr. en Astronomía de la Universidad de Bochum, Luis Barrera
Desde 1970 ha estado circulando una historia, en círculos cristianos, de que científicos de la NASA habrían descubierto que faltaba un día en la historia, y que ella confirmaría el relato bíblico que aparece en los libros de Josué y 2a de Reyes. ¿Es esta historia verdadera? ¿Qué enseñanza nos puede dejar?
La historia, usualmente llamada "El programa espacial prueba la Biblia", o algo similar, comienza cuando Harold Hill, presidente de Curtis Engineering, anuncia que científicos espaciales en Greenbelt, Maryland, descubren que la única manera para que sus computadores describan correctamente el movimiento del Sol y los planetas es agregando un día en la historia, un día perdido que habría estado ya documentado en la Biblia.
La historia se basa en Josué 10:12-14 "Entonces Josué habló al SEÑOR el día en que el SEÑOR entregó a los amorreos delante de los hijos de Israel, y dijo en presencia de Israel: Sol, detente en Gabaón, y tú luna, en el valle de Ajalón. Y el sol se detuvo, y la luna se paró, hasta que la nación se vengó de sus enemigos. ¿No está esto escrito en el libro de Jaser? Y el sol se detuvo en medio del cielo y no se apresuró a ponerse como por un día entero. Y ni antes ni después hubo día como aquel, cuando el SEÑOR prestó atención a la voz de un hombre; porque el SEÑOR peleó por Israel."
Como el relato anterior habla de casi un día entero, quienes defienden la historia sugieren (sin justificación) que se trata de 23 horas y 20 minutos, y que los 40 minutos que faltan para completar un día completo se describen en 2a Reyes 20:8-11:
"Y Ezequías dijo a Isaías: ¿Cuál será la señal de que el SEÑOR me sanará, y de que subiré a la casa del SEÑOR al tercer día? Respondió Isaías: Esta será la señal del SEÑOR para ti, de que el SEÑOR hará lo que ha dicho: ¿avanzará la sombra diez grados o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió: Es fácil que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados. El profeta Isaías clamó al SEÑOR, y El hizo volver atrás la sombra diez grados en las gradas por la que había declinado, en las gradas de Acaz."
En lo anterior "grados" es una traducción probablemente incierta, quizás lo más acertado sería hablar de ''pasos" cuya exacta traducción al sistema métrico actual se habría perdido a través de los tiempos. Pero si aceptamos la primera traducción, resulta ser que 10 grados (de un total de 360) corresponden a una fracción 1/36 de un día de 24 horas, es decir, justo 40 minutos, completando así el ''día perdido de la Biblia"
La historia concluye con una jubilosa declaración del triunfo de la palabra de Dios que enrosca en la cara de los científicos su veracidad a toda prueba.
Sin embargo, la escritura nos invita en 2a Tesalonicenses 5:21 "Antes bien, examinandolo todo cuidadosamente, retened lo bueno." Sin embargo pocas veces tenemos el tiempo para "examinarlo todo'', y tampoco queremos parecer demasiado críticos y escépticos, menos ante los ojos de nuestros hermanos en la fe.
Lo cierto es que es imposible saber científicamente si ha habido "un día perdido" en la historia de la humanidad, aún usando los computadores más modernos. Nótese que la idea no es que el tiempo se haya detenido, de hecho la Biblia muestra que no se detuvo, pues los acontecimientos continuaron desarrollándose. Es la Tierra la que parece haber detenido su rotación para hacer parecer al Sol y a la Luna quietos en el firmamento. Por lo tanto necesitaríamos un reloj astronómico y otro "terrestre'' para poner en evidencia tal acontecimiento, que se manifestaría como un retraso del reloj astronómico en comparación al reloj terrestre. Lamentablemente no disponemos de ninguno de los dos relojes. Antiguamente los eventos nunca se registraban con precisión de minutos ni siquiera de horas y la posibilidad de usar tiempos de eclipses solares como relojes astronómicos (estos sucesos son predecibles hacia el pasado y el futuro) falla debido a que el último eclipse solar documentado data del año 1217 AC, mucho después del periodo 1400-1250 AC donde la mayoría de los estudiosos ubican la historia de Josué.
Hay otra razón para pensar que la historia es una fantasía. En su libro "Harmony between science and scripture", publicado en 1936, Harry Rimmer registra una historia similar que habría aparecido en un libro del Prof. C.A. Totten de Yale, escrito en l890. El Pof. Totten escribió de un profesor becado, un astrónomo consumado, quien hizo el extraño descubrimiento de que la tierra estaba 24 horas fuera de tiempo. Totten entonces emplazó al académico a confirmar la veracidad de la Biblia basándose en el supuesto descubrimiento. Los otros detalles de la historia son increíblemente similares a la historia de Harold Hill y se pueden leer en la Referencia #2. Aparentemente, Hill tomó como base esta historia y la adornó con motivos modernos como ser la participación de hombres de la NASA.
¿Podemos sacar alguna enseñanza de lo anterior? Aparentemente sí. Según la Referencia #2, a todos los cristianos nos gusta ver a los inconversos volverse a Cristo. Sin embargo, para ello no podemos torcer la verdad. No podemos usar el principio "El fin (la vida eterna y salvación del incrédulo) justifica los medios (adornar o falsear la verdad)". Existen excelentes y abundantes evidencias de la verdad de Cristo a las cuales podemos recurrir. No necesitamos inventar historias para justificar o hacer más eficiente el mensaje de Cristo.
Ahora, volviendo al pasaje de Josué, ¿Cómo es posible que la Tierra se haya detenido en su rotación sin provocar un cataclismo de proporciones? La 1a ley de Newton (llamada así en honor a su descubridor, Sir Isaac Newton, aunque fue El Señor quien la estableció) nos dice que todo cuerpo tiende a seguir en su estado de movimiento, a no ser que actúen fuerzas externas sobre él. Esto significa que si por algún mecanismo frenásemos la rotación terrestre, los océanos y todo lo que se encuentra sobre la tierra saldrían disparados por el espacio provocando un cataclismo global. Aunque no pretendemos explicar los milagros, ni racionalizarlos, ni tampoco acortar el brazo de Dios, existe una interpretación adicional a la explicación literal que vale la pena considerar.
Quizás la clave la podemos encontrar en el episodio del profeta Eliseo y su criado descrito en 2a Reyes 6:15-18. El rey de Aram había enviado un ejército a prender a Eliseo, quien entregaba información de guerra al rey de Israel, enemigo de Aram. "Y cuando el que servía al hombre de Dios se levantó temprano y salió, he aquí que un ejército con caballos y carros rodeaba la ciudad. Y su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿Qué haremos? Y él respondió: No temas, porque los que están con nosotros son más que los que están con ellos. Eliseo entonces oró, y dijo: Oh SEÑOR, te ruego que abras sus ojos para que vea. Y el SEÑOR abrió los ojos del criado, y miró, y he aquí que el monte estaba lleno de caballos y carros de fuego alrededor de Eliseo."
Los ejércitos de Dios acampaban alrededor del profeta, pero no eran visibles al ojo humano. Era necesaria la visión espiritual para observarlos, y esta visión pidió Eliseo para su criado.
¿Es posible que el Sol y la luna detenidos en el cielo, descritos en Josué, haya sido una visión dada por Dios a los Israelitas con un propósito particular? ¿Quizás era importante para ellos el disponer de abundante tiempo para desarrollar su estrategia de batalla y vencer a sus enemigos? ¿Quizás Dios les haya dado esta visión con el fin de que ellos tuvieran confianza en que iban a alcanzar la victoria? La verdad es que no podemos saberlo, pero lo que sí es cierto es que existe esta interpretación que no conlleva a un cataclismo mundial.
La idea de una interpretación espiritual del día largo de Josué se la escuché por primera vez al Dr. en Astronomía de la Universidad de Bochum, Luis Barrera
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